¿Cuna o Colecho? Aquí les cuento mis 5 razones por las que decidí C…

Abril 08, 2022

#KatyEstiloMamá


Cuna

1. Cuando mi bebé duerme en su cuna: tiene un mejor y más corrido descanso.
   Este es mi caso, pero recuerden que "el individuo" como la palabra lo dice: es un ser individual, y por eso cada bebé es un mundo, y tú tienes que descubrir qué es lo que les resulte mejor a tu baby y a ti, y eso es el que debes aplicar en tu hogar.
   
   
   Pero, pues, mi Cata duerme mejor así, es su cuna, en su espacio, tal vez porque se mueve MUCHÍSIMO. Eso es vuelta y vuelta, y vuelta en la cama… Y bueno, al tenerme cerca, cada tropiezo conmigo la despertaba; era muy sensible, tenía el sueño ligero. Y, además, cada vez que medio se despertaba ya quería comer, quería la teti, así que era "TetiTime" tooooodo el tiempo. Yo sentía que mi olor la despertaba para comer, y así entonces no dormía ni ella ni yo. De hecho, cuando empezamos a dejarla en su cuarto, sus periodos de sueño se empezaron a alargar más y se despertaba de mejor humor y pasaba un mejor día.


2. Fue una decisión de pareja, de mi esposo y yo, como matrimonio.
   Por otro lado, la otra razón es porque nosotros queríamos que "papi y mami" tengan su espacio propio. En nuestro caso, un espacio para dormir acurrucados o ver una película hasta tarde sin trasnocharla a ella.
   
   
   Entonces… pooor ahooora… Catalina duerme en su cuna. El "por ahora" es porque no sabemos lo que vendrán en estos días o los siguientes. El desarrollo de los bebés es constante y cualquier cambio nos puede devolver a la cama.
   Sea como sea, lo importante es que durmamos los tres, el descanso nos pone felices y con una sonrisa en la cara TODO está mejor dispuesto.


3. Siento que mi bebé se hace más independiente para conciliar su sueño.
   Otra razón que se suma a que Baby Cata, desde los tres meses, esté en su cuarto es que así me crio mi mamá. Y basada en esa experiencia, yo me di cuenta de que, como yo, así mi niña va a acostumbrarse a estar siempre en su espacio, a no necesitar a alguien más para poder dormir tranquila… y por ahí a ser más independiente.
   
   Repito: lo hizo mi mamá conmigo y yo, que soy hija única, pues nunca tuve problemas para dormir sola. ¡Todo lo contrario! No le tengo miedo a la oscuridad, ni a estar sola en una casa en las noches, y ¡menos mal! Porque me casé con un músico y su carrera conlleva viajes, lo que para mí implica noches sin su compañía, y pues con lo independiente que siempre fui para dormir, su ausencia no afecta mi tranquilidad y buen descanso.
   
   
   Y esa independencia que me caracteriza me ha ayudado mucho; yo la valoro hasta más no poder. Y quizás es un rasgo que comenzó a formarse en mí a partir de esa intuición de mi mamá de ponerme en la cuna, en mi propio cuarto, desde pequeña.
   Yo también quiero hacer de mi Cata una persona independiente. Así que… es otra de las muuuchas razones que tuvimos para llevarla de dormir entre nosotros a su propio espacio.


4. Seguridad.
   El elemento seguridad es importantísimo tenerlo en cuenta para decidir si dejas a tu bebé en tu cama o si lo mudas a su cuna.
   
   
   Yo, particularmente, comencé a sentir temor, porque Cata, cuando dormía con nosotros, debe hacerlo en el medio de los dos. Si alguno, en medio de la madrugada, necesita levantarse por alguna razón, el bebé se queda sin esa protección, pues la cama no tiene barandas ni nada que lo resguarde.
   
   Por más que le pongas una almohada, el peligro está ahí. Catalina se mueve tanto que sobrepasaría esa almohada.
   En fin… me parece peligroso desde todo punto de vista que el bebé dependa de que nosotros estemos ahí para poder estar seguro mientras duerme.
   
   ¡Ufff! Son muchísimas variables para considerar y no solo en este aspecto, sino que en muchísimos más.


5. Su hora de dormir y nuestra hora de dormir: dos hábitos muy distintos.
   Así como me parecía inseguro que Cata dependiera de nosotros para no caerse de la cama, porque la protegíamos de los bordes, no quería que la bebé dependiera de nosotros para dormir. Es decir, si su cuna estuviera en nuestro cuarto, pues ella, por ninguna razón, debe postergar su sueño hasta la hora en la que nosotros nos acostamos, ni nosotros podemos acostarnos cuando ella lo haga.
   
   
   Ella no se puede trasnochar, ni nosotros dejar a medias toooodos los pendientes, pues cuando ella se va a dormir es cuando podemos comer, seguir trabajando y haciendo mil cosas más.
   
   Ay, ¡qué rico es ser niño! Y dormir placenteramente mientras los demás siguen trabajando.

En fin. Ustedes ven a Cata cómo, cada mañana, se despierta con esa sonrisa que derriiiite. Y yo, derretida y viéndola, me convenzo, cada vez más, de que durmiendo en su cuarto está mejor.


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