Mi Hijo NO Quiere Comer
Enero 22, 2025

La alimentación de los niños puede ser un desafío para muchos padres. Cuando un niño se niega a comer, puede generar preocupación y estrés.
¿Has escuchado hablar de los
picky eater o tu hijo es uno? Los
picky eater son niños selectivos o quisquillosos con la alimentación. Normalmente, se niegan a probar nuevos alimentos porque se sienten seguros con un grupo limitado y prefieren aceptar otros que están cargados de azúcar o harinas. Como papás, debemos estar pendientes de este comportamiento porque puede ser que nuestros hijos no estén consumiendo la cantidad de nutrientes adecuada. Ante un escenario como este es fundamental recibir la asesoría del pediatra para estar seguros de que nuestro hijo está creciendo sano y fuerte. Entonces, comencemos con esta pregunta que muchas mamás no hacemos:
Mi hijo no quiere comer nada, ¿qué hago?
Si tu hijo
no quiere comer o no come tanto como piensas que debería, aquí hay algunas estrategias que puedes considerar. Aclaro que solo son recomendaciones generales.
- Ofrecer variedad: introduce una amplia gama de alimentos saludables. A veces, los niños se aburren de lo mismo y necesitan opciones nuevas para probar.
- Hacer la comida divertida: presentar la comida de manera creativa, como hacer formas o usar colores diferentes, puede hacer que sea más atractiva.
- Establecer horarios regulares: mantener horarios de comida consistentes puede ayudar a regular su apetito.
- Involucrar al niño: permitir que tu hijo partícipe en la preparación de las comidas puede aumentar su interés en probar lo que ha ayudado a hacer.
- Limitar distracciones: asegúrate de que la hora de la comida sea un momento tranquilo, sin distracciones como televisión o dispositivos electrónicos.
- Ser paciente: a veces, los niños necesitan tiempo para adaptarse a nuevos alimentos. Es normal que rechacen ciertos alimentos varias veces antes de aceptarlos.
Síndrome del niño que no quiere comer
El síndrome del niño que
no quiere comer, también conocido como "selectividad alimentaria", es una condición en la que los niños son extremadamente selectivos con los alimentos, como hablamos al inicio. Pueden rechazar la mayoría de los alimentos, prefiriendo solo unos pocos. Esto puede ser causado por:
- Sensibilidad sensorial: algunos niños son más sensibles a las texturas, colores y sabores de los alimentos.
- Experiencias previas: un mal sabor o una experiencia desagradable con un alimento puede llevar a una aversión a ese tipo de comida.
- Temperamento: algunos niños son naturalmente más cautelosos y menos dispuestos a probar cosas nuevas.
Las fases de selectividad pueden ser normales, solo si se trata de una etapa, por esa razón es importante observar su crecimiento y desarrollo general.
¿Cuándo debo preocuparme si mi hijo no come?
Aunque es normal que los niños pasen por etapas en las que comen menos, hay algunas señales que podrían indicar que es momento de buscar ayuda:
- Pérdida de peso: si notas que tu hijo está perdiendo peso o no está creciendo adecuadamente, es importante consultarlo con su pediatra.
- Signos de desnutrición: cualquier síntoma de debilidad, fatiga o falta de energía puede ser motivo de preocupación.
- Comportamiento extremo: si el rechazo a la comida está acompañado de comportamientos extremos, como irritabilidad intensa o ansiedad al comer, puede ser útil buscar orientación profesional.
- Problemas médicos: si hay otras preocupaciones de salud, como problemas gastrointestinales, es fundamental hablar con su pediatra.
El hecho de que un niño no quiera comer puede ser motivo de preocupación para muchos padres, pero es importante recordar que las fases de selectividad alimentaria son comunes (y pasajeras). Con paciencia, creatividad y estrategias adecuadas, es posible fomentar hábitos alimenticios saludables sin generar estrés en nuestros pequeños. Sin embargo, si la situación persiste o si observas señales de alarma, no dudes en buscar la ayuda de un profesional. La salud y el bienestar nuestros chiquitos es lo más importante, y con el apoyo adecuado, puedes ayudarlo a desarrollar una relación positiva con la comida.
El objetivo que tenemos como padres es que nuestros hijos desarrollen una relación buena con los alimentos, evitar ofrecer aquellos que estén cargados de azúcares y también priorizar comidas saludables para que crezcan sanos y fuertes.

Recordemos que los chiquitos crecen y nuestro trabajo es acompañarlos y ayudarlos a estar sanos, fuertes y felices. Si te sientes identificada con este tema y quieres ser parte de mi hermosa comunidad de mamás, no dudes en llenar el formulario de
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